Virtual Soccer es el nombre europeo de la primera entrega de la saga J. League Super Soccer, una franquicia de Probe Entertainment distribuida por Hudson Soft. Dicha saga japonesa de fútbol en 16 bits reflejaba supuestamente el espíritu del balompié nipón, entendiéndose con ello los equipos de su primera división, la afición e incluso la manera de jugar a un título futbolero en una consola y lo que conlleva eso, como las opciones dentro del mismo.

El salto cualitativo entre esta versión de 1994 y las siguientes es considerable, pero nos ocuparemos de ésta pues es la única que se distribuyó oficialmente para las Super Nintendo europeas. De hecho, el juego no sufrió un simple cambio de nombre al llegar al viejo continente, sino que fue remodelado para hacerlo más amigable al jugador; básicamente lo que ocurrió es que los equipos de la liga japonesa fueron sustituidos por selecciones nacionales de todo el mundo y que se eliminó el modo multijugador, ya que en la versión original eran posible hasta cinco jugadores simultáneos (una cantidad extraña, todo hay que decirlo) y en ésta solamente dos, como venía siendo habitual. Otros detalles, como la eliminación de la batería para salvar partidas de liga, también se echó de menos. Pero vamos al pan.

Al primer toque nos encontramos con algo que pinta muy profesional: buena música y lo que parecen ser bastantes y buenas opciones; distintos modos de competir, la posibilidad de cambiar la posición de la cámara entre vertical y horizontal, variantes de clima y velocidad y una realmente interesante posibilidad de crear nuestros propios equipos con sus nombres, colores, formación y características individuales de los futbolistas. Pero paciencia. Es, por cierto, lo que nos hará falta para disfrutar de este juego, pues estamos ante un título que no puede ser jugado un par de minutos para comprenderlo y asimilarlo, como podría ocurrir con otros juegos de fútbol para esta consola. Necesita al menos unas cuantas partidas sobre todo para acostumbrarse al control, el cual en un principio puede parecer tosco, indomable y por momentos sin sentido. Pero nada más lejos de la realidad; cuando llevemos un rato a los mandos resultará mucho más agradable y divertido jugar.

El control en principio no dista mucho de otros títulos: Con el balón podemos hacer pases largos, cortos, lanzar e incluso cargar contra los rivales que vengan hacia nosotros, lo cual no suele ser posible en otros juegos de fútbol y se agradece que lo hayan incluido. Sin el balón podremos cargar contra los rivales, hacer entradas arrastrándonos por el suelo o quitarle el balón de los pies al adversario de una manera más civilizada con un simple contacto y una pulsación de botón. Existen variantes de maniobras por ejemplo cuando el balón nos llegue por lo alto, momento en el cual podremos cabecearlo suavemente para intentar controlar la jugada en equipo o bien disparar fuerte a puerta. Y aquí viene el primer punto negativo del juego: de no ser viniendo el balón por alto hacia ti es imposible o al menos rematadamente difícil tirar a portería sin levantar la trayectoria del balón. Y es que el botón B, el dispuesto para la acción de “tiro”, elevará el balón demasiado en la mayoría de las ocasiones, por lo que los tiros desde fuera del área serán habituales para intentar anotar esperando que el esférico sobrepase al portero rival, ya que los remates agresivos no son fáciles de ejecutar con buen resultado.

Partida completa con Portugal (Copa Continental)

Para mucha gente, detalles como ése (o que no haya colores distintos de camiseta suficientes para todos los equipos creados por el usuario) puede que haga bajar la puntuación del título al nivel de los tacos de la bota, o por qué no, al cero absoluto. Y sería comprensible, ya que a esas alturas (1993) tampoco es que estuviésemos todavía en época de tolerar fallos graves por motivos de limitaciones técnicas ni nada parecido; no había excusa, se podría haber perfeccionado eso sin problema alguno. Aceptamos barco entonces ante el típico “es una basura de juego”. Aceptamos el no pasar por el aro por ciertas carencias, que para muchos destruyen un videojuego, con o sin posibilidades en camino ajeno a esos fallos. Yo en este caso, aun comprendiendo eso, me quedo con lo bueno y remato con un “no está mal para unas cuantas jornadas”; buena música, personalización de equipos, formaciones, cinco árbitros diferentes y otros detalles que le dan personalidad al cartucho.

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